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El secreto de las siete semillas. V.2
Ignacio ahora veía todo con una claridad distinta. –cuando medito –explicó–, algunas veces he sentido, por segundos, que soy parte de todo, que las paredes, el suelo, las plantas y yo somos uno solo. ¿Eso es lo que usted llama la conciencia cósmica?
–Correcto –respondió el maestro–. Cuando meditas dejas de ver las olas y ves el mar. Te sientes como una partícula de toda la creación divina. Meditar te va dando poco a poco más conciencia de la unidad universal y te ayuda a quitarte los lentes de espejo. Cuentan que unas personas estaban navegando en un bote, cuando una de ellas comenzó a perforar debajo de su asiento. Los otros pasajeros le gritaron: "¿Qué estás haciendo? ¡Te has vuelto loco!". El pasajero respondió: "¿Qué les preocupa a ustedes? Es mi asiento el que estoy perforando". Y las personas le respondieron: "El agua entrará por tu hueco y no sólo te hundirá a ti sino también a nosotros". Lo mismo le ocurre a la humanidad. Cada persona se preocupa por sus cosas y no se da cuenta de que con su conducta está hundiendo a la humanidad entera. Ignacio, no existe felicidad más grande en el mundo que la que se siente cuando ayudas a terceras personas. Es como si Dios te diera un premio por alinear tus acciones con la divinidad. Hay personas que nunca han meditado, pero que han orientado todo su ser al servicio de las demás personas. Estas personas son muy espirituales, felices, desapegadas y tienen muy poco ego.
–Pero maestro, si uno hace servicio desinteresado porque sabe que le da felicidad, ¿eso no lo convierte en interesado? ¿No hay egoísmo al querer recibir felicidad? –preguntó Ignacio.
–Es cierto que es una actitud egoísta al inicio. ¿Pero cómo estaría la humanidad si todos tuvieran ese tipo de egoísmo? Esa actitud egoísta se funde luego en una sensación de entrega y amor. Digamos que el interés egoísta de servir para obtener felicidad es sólo la mecha de una gran dinamita de amor. La mecha te sirve para llegar a detonar el explosivo. Pero una vez que explota la dinamita del servicio dentro de ti, ya no lo haces por egoísmo sino por una vocación de servicio que te nace internamente.
–Lo que no entiendo, maestro, es por qué si el servicio da tanta felicidad y amor, tan poca gente lo hace. Supuestamente la gente busca maximizar su felicidad; lo lógico sería que hicieran servicio.
–Cuentan que una persona perdió la llave de un tesoro y la estaba buscando afuera de su casa, bajo un poste de luz. Como no la encontraba, pidió ayuda. Ofreció inclusive repartir parte del tesoro. Pronto, muchas personas estaban buscando la llave. Al cabo de dos horas alguien le preguntó al dueño del tesoro dónde había perdido la llave. El dueño respondió: "Allá en mi casa. Pero la estoy buscando acá, porque en mi casa no hay luz".
Hizo una pausa al ver que Ignacio no entendía del todo, y explicó:
–El ser humano busca la llave de la felicidad en el sitio equivocado. Gran parte de la culpa la tiene la televisión. La televisión, a través de los programas y la publicidad; te hace buscar la llave de la felicidad en un sitio donde no la vas a encontrar. Algunos tipos de publicidad te convencen de que no serás feliz si no te compras un auto específico o una marca de ropa, si no usas cosméticos o te compras todo tipo de artefactos. No te das cuenta de que la mayoría de la publicidad está orientada a que busques sólo tu beneficio. Han convencido al ser humano de que la felicidad se logra cuando compra cosas o busca su beneficio personal. Es justamente lo contrario.
Aunque algo confundido, Ignacio sabía que el maestro tenía razón.
–Si quiero hacer servicio, ¿por dónde empiezo? ¿Dónde debo ayudar? ¿En algún asilo de ancianos, en un orfanato o en un colegio pobre?
–Primero empieza contigo mismo, Ignacio. El servicio es una actitud hacía la vida. Es dejar de pensar solamente en ti para pensar en los demás. Haces servicio cuando escuchas con empatía a algún empleado que tiene un problema, y en vez de echarle en cara su error lo ayudas a mejorar. Cuando te preocupas por el crecimiento y desarrollo de tu personal en la oficina, de tu pareja y de tus hijos. Cuando simplemente le entregas un pensamiento de amor silencioso a una persona en la calle. Tu servicio puede empezar por tu casa, por tus hijos, por tu familia y por tu negocio. Dios te ha dado la gran oportunidad de ser dueño de un negocio. En el negocio puedes decidir que el fin es hacer dinero y orientar todas tus fuerzas a este objetivo. O decidir que el fin de tu negocio es ser un medio de servicio a la sociedad y un entorno adecuado para que las personas aprendan y encuentren su felicidad. En el segundo caso, el dinero viene como resultado. Otra cosa que puedes hacer es venderle una participación de tu negocio a Dios.
–No creo que Dios quiera comprar mi negocio. Cuando intenté venderlo, nadie quiso pagarme un centavo –bromeó Ignacio.
–No te preocupes. Dios tiene una forma especial de entrar en los negocios. Él tampoco te pagará ni un centavo por tus acciones. Pero si le entregas a él un porcentaje pequeño de tus ganancias, te recompensará con creces. En otras palabras, si donas partes de tus utilidades a entidades benéficas, es decir a Dios, él será tu socio en el negocio. Ojo: Dios es un buen inversionista. Él hará crecer tu negocio para que su rentabilidad de ayuda cada vez sea más alta. Ignacio, todos los seres humanos tenemos un darma en esta vida. Es decir, una misión que cumplir, una lección que aprender en esta vida. Lo ideal es que el servicio que hagas esté alineado con tu darma.
Ignacio se sentía cada vez más involucrado, y poco a poco lo iba ganando la extraña, sensación de que toda su vida anterior había sido como un juego: lo había mantenido muy ocupado, pero sin mucho sentido.
–Pero ¿cómo puedo saber la misión que tengo y la lección que debo aprender?
El maestro cambió de posición muy lentamente, se apoyó juntando sus rodillas sobre el cojín y colocó las palmas de sus manos sobre sus muslos.
–La lección es fácil, Ignacio. Trata de identificar las principales dificultades de tu vida; allí está la lección que tienes que aprender. Recuerda: la vida en el plano material es como una universidad. Si tú estás en la universidad, no te meterías al colegio para aprender matemáticas. Esto sería muy fácil. Te debes matricular en un curso que te ofrezca la dificultad necesaria para que estimule tu mente y te motive a aprender. Lo mismo ocurre con la vida en este plano. Venimos a aprender una lección de acuerdo con nuestro nivel de desarrollo espiritual. Si quieres saber cuál es tu lección, sólo mira tus dificultades, retos, pruebas y problemas. Algunos de estos problemas se han convertido en lecciones aprendidas que te hicieron crecer y ser mejor. Otras dificultades, en cambio, han marcado tu personalidad encaminándote hacía conductas destructivas y negativas. Esas, precisamente, son las conductas que debes revertir. Esta es tu prueba en la vida.
–¿Se refiere a las dificultades en mi niñez, por ejemplo? –preguntó Ignacio.
–Correcto. ¿Cuál fue el resultado de tu niñez? ¿Qué características generó en tu personalidad?
Ignacio dudaba.
–De hecho, impaciencia, intolerancia, juzgar negativamente a las personas y quizás negatividad.
–Pues acabas de descubrir lo que tienes que aprender. Justamente, la vida te ha dado una niñez difícil para que tengas el coraje de crecer, mejorar y dejar esas conductas destructivas.
–Muy bien, esa es la lección que he venido a aprender. ¿Pero cómo identifico mi misión en la vida?
–La misión de un espíritu siempre está orientada hacia el servicio. Te puedes dar cuenta de cuál es tu misión observando las diferentes circunstancias por las que has pasado en la vida y descubriendo tus verdaderas capacidades y aptitudes como persona. En primer lugar, estás en el ámbito de los negocios, eres un empresario. Tu misión debe estar relacionada con este campo. Otro aspecto importante es que eres uno de los pocos hombres de negocios que practican meditación y conocen esta filosofía. Quizás tu darma esté relacionado con comunicar tus conocimientos y descubrimientos sobre este tema en el entorno empresarial. Quizás tu misión en la vida sea sembrar la semilla del mejoramiento personal, de la meditación, del control del ego y del servicio entre los ejecutivos y empresarios. Por otro lado, eres un buen comunicador; tienes pasión y energía, que es lo que más se necesita para comunicar. Creo, Ignacio, que ayudar a despertar a los ejecutivos y empresarios hablándoles sobre lo que es verdaderamente importante en la vida es tu darma.
Ignacio ya presentía a dónde iba a parar todo aquello del servicio, que sin duda se le abría delante como un campo inexplorado y necesario.
–Pero, maestro, ¡yo jamás he hecho una presentación en público! Definitivamente no es una de mis fortalezas. Además, siempre he practicado mi meditación a escondidas, ni siquiera mi esposa sabe que medito. Si me pongo a hablar sobre este tema, los empresarios me tirarán tomates. Acuérdese de cómo era yo cuando vine. Lo único que me importaba era el trabajo, los números y los logros. Todo el asunto espiritual me parecía ridículo. Jamás podría hablar de ello públicamente.
El maestro abrió brevemente los brazos y caló con su vista los ojos de Ignacio.
–Ignacio, tú me has preguntado por tu darma y yo te he ayudado a encontrarlo. Al final sólo depende de ti si quieres o no llevar a cabo tu darma en esta vida. Depende de ti si quieres aprovechar el potencial que tienes y los conocimientos que ahora dominas, o si quieres dejar pasar la oportunidad. Está en tus manos. Había un gran maestro judío llamado Zusha. Él decía: "El día que me muera y sea llevado a la gran corte del cielo, me preguntarán: 'Zusha, ¿por qué en la Tierra no fuiste como Abraham?'. Y yo diré: 'Porque no tuve la suerte de nacer con la inteligencia de él'. Si me preguntan: 'Zusha, ¿por qué no fuiste como Moisés?', yo diré: 'Porque no nací con sus capacidades de liderazgo'. Pero si me preguntan: 'Zusha, ¿por qué no fuiste como Zusha en la Tierra?', desgraciadamente, para eso no tendré una respuesta".
Las manos del maestro volvieron a reposar sobre sus muslos.
–Ignacio, no tengas miedo a ser Ignacio en esta vida. En cuanto a tus temores, déjame decirte que siempre hay una primera vez para todo. Si nunca has expuesto en público, pues toma la oportunidad. Eso sí, prepárate bien y arma una buena presentación. Eres una persona creativa, lo podrás hacer. Un perro quería tomar agua, pero cada vez que se acercaba al lago sentía miedo porque veía su imagen reflejada y pensaba que era otro perro. El perro se moría de sed, pero no podía vencer el miedo de entrar al agua y ser atacado. Un cazador vio al perro que iba y venía. Lo cargó entre sus brazos, lo acercó a la orilla del lago y lo soltó. El perro, cuando estuvo ya en el lago, vio que todos sus miedos eran infundados y bebió con tranquilidad. Ignacio, tú estás como el perro de esta historia. Te mueres de sed de servicio, pero también tienes mucho miedo. ¿Acaso tengo que cargarte como el cazador y tirarte al, agua? En cuanto a tus dificultades para hablar sobre temas espirituales a empresarios, el éxito depende de cómo lo hagas. Prepara una presentación racional, con sustento. Llega a ellos basándote en lo que ellos quieren escuchar, pero siempre dando tu mensaje. Sé que lo puedes hacer. Has venido a este mundo para eso.
Ignacio sabía que el maestro tenía razón, pero cada vez que se imaginaba delante del público, le entraba un cosquilleo en el estómago y se le humedecía la frente.
–Maestro, tengo miedo de hablar en público. ¿Cómo puedo perder este miedo?
–Muy sencillo. Cada vez que ofrezcas una presentación y estés parado frente al público, piensa: "¿Cómo puedo servir a estas personas?". Cómo tu mensaje los va a ayudar a mejorar, cómo vas a entregar lo mejor que tienes a estas personas, con amor y de forma desinteresada. Verás que tu miedo se desvanece. El miedo nos viene porque cuando estamos frente al público, sentimos que estamos "pidiendo" y no "sirviendo". Les pedimos aprobación, respeto y aceptación. Como tenemos miedo de que el público no nos los dé, nos atemorizamos. Pero si vamos con el objetivo de servir, con amor y desinterés, el miedo desaparece.
Ignacio estaba desconcertado. No sabía qué hacer, era un reto enorme lo que le pedía el maestro. Pero algo dentro de sí le decía que era el camino correcto. Que debía hacerlo. Se sentía como si tuviese una piedra encima de su cabeza, por la tensión que le generaba la sola posibilidad de hablar en público sobre estos temas: Ignacio se quedó en silencio por unos segundos y luego dijo:
–Está bien, lo haré. No estoy seguro de poder hacerlo bien, pero confiaré en su criterio, maestro.
–Regresa cuando hayas dado tu primera presentación.
Ignacio estrechó la mano de aquel exigente amigo y se fue preocupado a su casa. Cada jornada volvía tarde, ya en la noche. Después de comer se dirigió a su escritorio a preparar su conferencia. Dos meses después de la última visita al maestro, había decidido hacer la conferencia sobre las cuatro semillas que conocía: el autoconocimiento, la meditación, el control del ego y el servicio. Pensaba enfocarlo totalmente hacía la vida empresarial y cómo estas herramientas permiten formar mejores equipos, tener más productividad y mejorar las relaciones interpersonales. Sabía que tenía que darle mucho sustento racional, no hablar de espíritus ni de Dios porque cabía la posibilidad de que lo calificaran como cursi o poco serio. El tema más difícil de afrontar era el de la meditación. Para esto volvió a revisar aquellos materiales que había sacado de internet meses antes, cuando tuvo la primera entrevista con el maestro. Incluso estuvo unas horas actualizando la información y observó que el tema siempre era renovado por nuevas investigaciones.
Ignacio había descubierto que el mejor momento para trabajar en su conferencia era después de una meditación. Le venían muchas ideas, como si alguien le estuviera ayudando. Como si la conferencia ya estuviera hecha y él sólo la estuviera recordando.
Además de utilizar estudios científicos de universidades importantes, quería elaborar una presentación con imágenes de computadora que resultara muy profesional. La idea era dar una imagen muy ejecutiva para tocar temas poco ejecutivos. Ignacio quería hacer una presentación con muchas ayudas visuales para escudarse en ellas. Pensaba que si ofrecía imágenes impresionantes, las personas mirarían las imágenes y no a él. También le había comentado a un amigo sus planes de dictar conferencias y él le había ofrecido empezar con su empresa. Para Ignacio, estos dos meses habían sido muy especiales. Era la primera vez en su vida que trabajaba para algo que no le producía dinero. Es cierto que lo sentía como un reto y sabía que era para su bien. Estaba haciendo algo para servir a los demás y eso era totalmente nuevo. Estaba encantado. Preparaba la conferencia con mucho entusiasmo y sentido del propósito, pues estaba haciendo lo que realmente quería hacer.
Extracto de DAVID FISCHMAN
El secreto de las siete semillas
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Kryon ~ Mini canalización en Montevideo, Uruguay. II
Saludos, queridos, Yo Soy Kryon del Servicio Magnético.
La única razón para la pausa es darle a mi socio la oportunidad de apartarse para limpiar los filtros de su naturaleza humana, para permitir la libertad de este mensaje para ustedes. Otra vez les preguntamos ¿es esto real? ¿Qué les dice su discernimiento sobre la posibilidad de que esto pueda ser real? Ahora entienden qué es el libre albedrío. No obligamos a nadie. No forzamos a nadie a creer en la posibilidad. Pero piensen en lo que está sucediendo: Se les está entregando en tiempo real un mensaje multidimensional desde el otro lado del velo, traducido a su idioma, en el tiempo y espacio que ustedes han elegido. ¿Es real?
A menudo, el discernimiento se logra a través de la emoción. En su cuerpo hay algo llamado el Innato. Es la parte inteligente multidimensional de su yo corpóreo. Es la parte que puede darles escalofríos, que puede validar si esto es exacto o no. De modo que, muchas veces, el Innato puede hacer eso si le formulan la pregunta correcta. Todo lo que mi socio dice hoy es verdad; la historia no se vuelve diferente cada vez que la cuenta. Eso es lo que pasó, y a través de toda esa experiencia estuvimos a su lado, esperando que él hiciera las preguntas correctas, dándole libre albedrío para sentarse o no en la silla. Más tarde le contamos una historia: que si él no quería hacer esto, otros lo harían. El mensaje de Kryon llegaría a la humanidad cualquiera fuera su decisión. Pero él tenía la primera oportunidad.
Pero hay más; y eso los incluye a ustedes. ¿Vieron cómo funcionó esto? ¿Realmente entendieron el proceso de cuánto lo conocíamos? Y quiero decirles algo que es realmente importante que oigan: él no es especial; cada uno de ustedes es conocido de la misma manera. Sabemos qué cosas aman y qué no; sabemos si son obstinados o no; sabemos si son abiertos o cerrados, sabemos qué sucedió en el pasado para que estén cerrados; sabemos cómo piensan, y todo esto es honrado por Dios. Todo. No tienen que esforzarse mucho para obtener nuestra atención, porque siempre estamos allí. Siempre estamos allí con nuestra mano extendida hacia ustedes. Y cuando digo que “nosotros” estamos siempre allí, me refiero a lo que llaman Dios. Eso que ustedes llaman Dios o Espíritu, es accesible porque es parte de su configuración multidimensional como Ser Humano corpóreo.
¿Qué les dijeron los Maestros que caminaron por este planeta? Les dijeron “Dios está en su interior”. Esto es importante. ¿Acaso los Maestros dijeron: “Sólo nosotros tenemos esto y ustedes no, de modo que deben acudir a nosotros para todo?” No dijeron eso. Lo que dijeron fue: “Dios está en ustedes. Consideren lo que hacemos como ejemplo de lo que ustedes pueden hacer.” Los milagros no se hicieron para oprimirlos; se dieron como un ejemplo de lo que ustedes pueden hacer. El Maestro Jesús, Maestro del amor en este planeta, dijo en las escrituras: “Yo soy el hijo de Dios y ustedes también lo son.” Búsquenlo. Ese es el mensaje de todos los Maestros.
¡Hijos de la Fuente! Déjenme preguntarles, madre, padre, ¿cómo tratan a sus hijos? La respuesta es con cuidado y con amor. Si pudieran, estarían con ellos todo el tiempo. Madre, tú sabes que el amor por tu hijo es una situación de por vida. Aún cuando el hijo haga cosas inadecuadas, aún cuando el hijo diga: “Mamá, no te quiero más,” todavía lo aman. ¿Comprenden lo que eso significa? Ustedes son hijos de la Fuente y Dios está con ustedes todo el tiempo, esperando que busquen al Dios personal de esta forma.
Cuando mi socio se sentó en la silla no le dimos voces del más allá; le dimos emoción desde el Innato, el cuerpo inteligente; eso le llamó la atención. De otro modo, hubiera usado su intelecto y su lógica y no estaría aquí sentado hoy. Por tanto, así es como él necesitaba recibir el mensaje. Piensen cómo recibieron ustedes el suyo. ¿Qué es lo que les llamó la atención? A las almas viejas en este salón les digo que Dios conoce a cada una. Hay un plan, y ese plan no es para su vida; el plan es para el planeta, usándolos a ustedes, y ustedes aceptaron hacerlo. Y no se trata de su vida; es sobre todas sus vidas, las vidas de su alma; está todo en su Akasha.
Cuando te miramos, querido, no vemos un cuerpo físico, los vemos a todos. ¿Cuántas veces estuviste en la Tierra? Tú. ¿Tienes alguna duda de que eres un alma vieja? Algunos han preguntado: “¿He vivido antes?” Déjenme decirles algo: Cada uno de los que están en este salón, incluyendo a los que no vinieron a estar presentes en esta reunión, han vivido anteriormente. Cada uno, el cien por ciento de los presentes. Aquí no hay nadie que venga por primera vez. Ahora bien, piensen en eso. En algún nivel de su alma, ustedes lo saben. ¿No pueden sentir su sabiduría? Salen a la calle, tratan a otras personas, ¿no es obvio? A veces tienen más experiencia que ellos. Pueden verlo por cómo reaccionan ellos. Pueden verlo en sus reacciones. Esto no los hace mejor que ellos; los hace más experimentados. Por eso convocamos a las almas viejas, por la sabiduría del planeta en este momento.
Esta noche, en la canalización, tendremos una historia sencilla. En esa historia habrá enseñanza; un poco más de cómo funciona el Akasha, cosas que enseñamos antes, pero nunca en este idioma, para que puedan oírlas directamente. Esperamos que entiendan un poco más sobre cómo piensan y quiénes son.
Regresaré.
Y así es.
KRYON
http://www.kryon.com/cartprodimages/2014%20downloads/download_URUGUAY_14.html
Traducción del audio en inglés: María Cristina Cáffaro
Edición: Susana Peralta
Mini canalización de Kryon por Lee Carroll
Montevideo, Uruguay - 23 de Abril de 2014
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