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Sin Conocimiento, nó vivo
Sin entendimiento, nó existo
sin amor incondicional, nó Soy
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El ser uno - los arcanos de thoth
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2. DATOS INTERNACIONALES DE CATALOGACIÓN EN LA PUBLICACIÓN
SÃO PAULO-BRASIL. COPYRIGHT Nº. DE
REGISTRO: 314.912 | LIVRO: 575 | FOLHA: 72
Franca Rosa Canonico de Schramm. Libro publicado originalmente por la
autora y Canal: Franca Rosa Canonico de Schramm. Todos los derechos del
texto, inclusive los dibujos externos e internos, están reservados
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SER UNO I – Los Arcanos de Thoth. EL SER UNO II – Planeta 333 – Los
Guardianes de Tera. Informamos a todos los seres de buena voluntad que EL
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autora y del mismo, realizando conferencias, grupos, venta de copias
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evento ni a ganancia de dinero de ninguna otra índole por terceras
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- 110. Si sabíamos cómo transmitir, ¿cómo entonces podríamos descubrir la recepción? ¿Cómo expandir una transmisión limpia, diáfana, clara, pura y mandarla a los confines del universo, y después recibirla cargada de experiencias y vivencias? ¿Tendríamos la fuerza para conseguirlo? La luz era maravillosa: nos protegía, nos daba amor, armonía; nos sentíamos envueltos por ella. Mas era solo eso: luz. Nosotros éramos otra realidad: no podíamos conformarnos con amar, fluctuar y sentirnos eternamente en armonía y paz. Comprendimos que, al ser los transmisores y receptores, el peso del universo estaba en nuestras espaldas. Éramos los responsables por ese universo, y si no lo cuidábamos, pereceríamos con él. Gran verdad y descubrimiento. Solo nos restaba trabajar, unir, transmitir, recibir y ser el comando del universo. Para realizarlo, tuvimos que crear los medios apropiados. Las esporas energéticas las estiramos formando filamentos finos. Estos filamentos los llamamos circuitos, y los clasificamos según su trabajo. De esta forma, uniendo y haciendo, estábamos logrando transmitir sin alterar su cauce. Alrededor de la transmisión, construimos una protección fuerte para que nada alterase la conducción energética. Habíamos formado nuestro hogar y lo llamamos cuerpo energético. Cuando terminamos, no habíamos reparado en que, por indicación de la luz, habíamos creado una forma energética maravillosa, algo que jamás pudimos prever: un brillante perfecto. Nosotros estábamos dentro de él, era nuestro hogar, el creador nos había mandado la fórmula a través de la luz. Contemplamos extasiados nuestro hogar; después de la sorpresa y de tanta belleza, comenzamos a observarlo para poder entender su funcionamiento. Nuestro brillante hogar giraba en su propio eje lentamente. Mientras lo hacía, miles de millonesde colores refulgían. Estos pasaban por los filamentos, y al hacerlo, emitían sonidos y ritmos diferentes. El ritmo producía una cadencia determinada, y ese todo estaba regido por un latido uniforme que salía de su centro. Fue entonces cuando nos dimos cuenta de que el centro era nuestro creador, el Principio Único, que nuestros hermanos-luz estaban alrededor de él y que la iluminación y colores partía del centro hacia fuera. No estábamos solos, nunca lo estuvimos. Hasta el momento habíamos unido al Principio Único con los cabezales y terminales superiores: tres realidades juntas. Solo entonces, conjuntamente con nuestros hermanos de la luz, pudimos descubrir que estábamos tomando una forma determinada, que luego más adelante descubriríamos que era la forma hombre. Los hermanos-luz nos enseñaron todo lo que ellos sabían, sobre todo cómo podíamos utilizar la energía. Nos demostraron que sin cabeza —o sea, sin ellos—, no haríamos nada. Supimos que nos necesitábamos totalmente, y nos encaminaron también al trabajo que debíamos realizar. Cuando nos unimos a ellos —o sea, a los cabezales—, percibimos que el conocimiento imaginativo del padre estaba todo ahí, toda su creación era un solo presente. Nuestro aprendizaje fue profundo; nada escapó de nuestra percepción. Comprendimos que fuimos, somos y seremos una sola realidad. Nuestro trabajo consistía en ordenar, clasificar, distribuir y colocar todo lo que esa imaginación contenía. Si no hubiéramos tenido a nuestros hermanos de la luz, nunca lo habríamos conseguido. Ellos guiaron nuestros pasos y, poco a poco, conseguimos archivar todo el conocimiento que se debía plasmar en su debido momento. Al filtrarse la luz a través de nuestros terminales, sentimos la vida corriendo por los filamentos. Los cabezales retenían la información, y los circuitos la mandaban al lugar que le pertenecía. Era un brillante maravilloso. Nosotros lo dividimos por sectores; cada uno de ellos tendría un color determinado que lo caracterizaría. Cada sector lo llamaríamos zona, y cada una de ellas 110
- 111. clasificaría información. De acuerdo con ello, esas zonas tendrían los filamentos adecuados que servirían para el almacenamiento de datos.Nuestro cuerpo energético acumuló tanta información que no nos dábamos abasto para distribuirla y almacenarla. Comenzamos a pensar cómo podríamos hacer para no recargar las zonas; entonces decidimos formar dos centros que ayudasen en ese trabajo. Primero dividimos el brillante en dos partes, y después en tres partes cada uno. Cada parte o cada zona asimilaría un tipo de energía que nosotros clasificaríamos, para después distribuirla y canalizarla para lo que fuera necesario. Al dividir el brillante en zonas, nosotros también nos dividimos en grupos. Descubrimos las especialidades que nos caracterizarían en el universo; así, las zonas comenzarían a almacenar ordenadamente la energía-información. Estas zonas absorberían el color que les perteneciera, y con ello podríamos saber con qué energía teníamos que tratar. Aeste proceso le dimos el nombre de genética. Trabajando de esta manera, conseguimos que la energía-imaginación del creador se ordenara, clasificara, distribuyera, almacenara, conociera, y sobre todo, que se entendiera. Por todo este trabajo arduo, nos convertimos en ingenieros genéticos del universo. Y a partir de aquí, todo fue creado por nosotros. La imaginación del Principio Único: Nuestro cristal brillante estaba lleno de conocimiento y completamente formado. Cuando quisimos alejarnos, no pudimos, estábamos presos en él, éramos él y parte de él. Éramos sus hijos, mas no teníamos libertad. Cuando tentamos descubrir nuestro entorno y quisimos salir del cristal brillante, percibimos que no podíamos hacerlo. Comprendimos que no podríamos vivir sin la luz. Nuestro hogar era el cristal brillante; jamás podríamos salir fuera de él para explorar, conocer y poder experimentar otras realidades. No lo podíamos hacer, porque necesitábamos la energía que pasaba por nuestros terminales dándonos la vida. La luz era nuestra existencia, y el Principio Único nuestro creador: una simbiosis eterna. Nosotros somos los primeros hijos del creador. El Principio Único: La mente-padre La luz: La energía-madre Nosotros: El hijo: Nosotros éramos los hijos queridos: los ángeles. El creador nos había legado el conocimiento, y nosotros podíamos moldearlo a nuestro criterio. Llegamos a la conclusión de que formaríamos la vida en el universo, y esto lo haríamos conforme lo imaginado por nuestro Principio Único, nuestro creador. La gran responsabilidad de nuestro trabajo consistía en hacerlo correctamente, sin equivocaciones. Debíamos plasmarlo igual que la imaginación creadora y darle la forma con la que el Principio Único lo había moldeado —una tarea nada fácil. Después de la explosión, el creador había nacido; nosotros impedimos que se expandiera más. Al formar el cristal brillante, nosotros encerramos la creatividad dentro de él para no perder absolutamente nada. De esa manera, controlaríamos la creatividad universal. Habíamos creado un tejido de energía, una burbuja, una pared de contención. Así protegimos al Principio Único y, con ello, a nosotros mismos. La creación del universo: Siempre nos hemos referido al Principio Único como el creador, el eje, el centro, el núcleo, y eso es. Nosotros lo llamamos núcleo porque de ahí partió todo. Primero estábamos dentro de él y después estuvimos fuera de él, mas siempre con él. ¿Quién o qué era el núcleo? Antes de partir 111
- 112. a la búsqueda del conocimiento, debíamos estudiar profundamente al núcleo. Si todos éramosde la misma creación y formación, entonces nuestros elementos genéticos, derivaban de un mismo centro, y eso fue lo que descubrimos.El núcleo: El núcleo se formó de otra realidad, una anterior a la nuestra. Por nuestros estudios, suponemos que fueron elementos antimateria que, supuestamente, llegaron a moldearse por angeolíticos de especie y formación. Todos nosotros derivamos de una especie anterior a la nuestra. Descubrimos que nuestro cristal brillante estaba dentro de un ser gigantesco que abarcaba un espacio atemporal y que después de la explosión retrajo sus elementos y disminuyó de tamaño en una estructura menor de expresión, y lo realizó por conveniencia y sabiduría. Este ser gigantesco no está solo: existen otros que viven en realidades imaginativas. A nuestroentender, ellos expanden su comunicación a través de la telepatía. Nosotros los llamamos Ser Uno. Ellos existen y se comunican con nosotros hasta hoy en día. Nosotros somos ellos y ellos son nosotros. El núcleo y todo lo existente fueron creados por ellos. ¿Pero quién los creó a ellos? Realidades y creación, infinito, sin principio ni fin. Así como ustedes fueron formados en laboratorio, nosotros también fuimos hechos de la misma manera. Primero fuimos concebidos imaginativamente, y luego plasmados en una realidad más densa. Tenemos que entender que nuestra realidad de expresión deriva de un núcleo, y que ese núcleo siempre es un cristal brillante. La creatividad se repite miles de millones de veces. El punto de partida siempre es igual. Un núcleo que explota y forma todo lo demás. Universo de universos, gigantes y pequeños. Cuando descubrimos dónde estábamos, sentimos una gran alegría y alborozo: la incertidumbre de no saber o de no poder ubicarnos fue terrible. Al principio, nuestro conocimiento llegaba solo hasta el Principio Único, y no sabíamos quiénes éramos o adónde nos dirigíamos. Hasta que comenzamos a comunicarnos con los verdaderos mentores de nuestra realidad y ellos nos transmitieron el conocimiento milenario. Nuestro universo, el Principio Único y las nueve dimensiones se encuentran dentro de una burbuja de energía pura, en un laboratorio de los Seres Uno. Ellos nos crearon. Nos observan, estudian nuestro desarrollo en todos los aspectos. Fuimos creados para ser la continuación de ellos; de esa forma, eternizamos su conocimiento y ellos, a través de nosotros, son eternos. Podemos verlo desde otro ángulo: nosotros somos ellos, solo que en una escala menor. Cuando ellos descubrieron el funcionamiento de sus mentes, crearon un universo paralelo fuera de un cerebro. Colocaron un núcleo en un espacio y lo dejaron desarrollar; le infundieron informaciones con el único propósito de que explotara, para crear una mente que estuviera fuera del contexto normal de un cerebro. De esta forma, ellos podrían observar el comportamiento de una mente. Nuestro universo comenzó como un estudio: éramos clones de los pensamientos de ellos, y ese universo se fue desarrollando tanto que hoy en día somos más completos. Lo que ellos han aprendido es inapreciable, mas lo que nosotros somos se lo debemos a ellos. Lo que hay fuera de esa burbuja es un gran laboratorio; lo que hay fuera de ese laboratorio no lo sabemos. La comunicación con los Seres Uno es telepática; solo sabemos lo que ellos nos comunican. Cuando fuimos conscientes de nuestro entorno, pudimos dedicarnos al estudio de nuestro universo. Ellos necesitaban esos datos, y comenzamos a trabajar para ello. Nuestros creadores nos dieron toda la información que precisábamos para esos estudios. El Universo y su composición no eran un misterio para nosotros; los elementos y fórmulas de creatividad nos fueron trasmitidos. Así pudimos llegar a estudios profundos y elaborar nosotros también los elementos que necesitábamos. 112
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3. El Ser Uno es un libro de autoconocimiento. Deberá ser leído en orden: sería inútil que lo leyeran desordenadamente, pues no daría el resultado esperado. Su lectura irá abriendo y conectando los circuitos cerebrales del conocimiento, entendimiento y amor.
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Repasen... estudienlo... meditenlo...
dejen ir las viejas...ideas, y enseñanzas...
El ser UNO
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