martes, 11 de noviembre de 2014

K _ _ _ Resumen del escudo de plata.

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Resumen del escudo de plata.


Al cuerpo mental no se le da el poder para sobreponerse a la oposición que encuentre, hasta que podemos dirigir nuestros pensamientos al interior. Cuando aspiramos, cubrimos, poco a poco, nuestra atmósfera con una envoltura sedosa, muy diferente de la envoltura mental que poseemos antes de iniciar esta práctica. Esta nueva envoltura nos protege contra nuestro mundo mental objetivo. Reconstruímos esta envoltura con la ayuda de los átomos de Transformación y, una vez construído el Escudo de Plata, hemos erigido un templo al átomo Maestro. Este penetra en esta envoltura de un período más adelantado que nuestra época. El advenimiento de este átomo Maestro nos da, por primera vez, una inteligencia directriz, que nos permite extraer de nuestro yo el propio conocimiento y sabiduría.

La primera instrucción que recibimos de esta estación receptora, tiene que ver con la perfección del cuerpo; pues se ha de preparar a éste para que la fuerza solar en nosotros sea liberada. Este es un proceso de ajuste del cuerpo a sus corrientes. Así el Intimo queda liberado de la cárcel del cuerpo.

Cuando el Intimo penetró en la materia, empezamos a revestirnos con las atmósferas objetivas de este mundo; esto, finalmente, nos separó de nuestra herencia divina, o sea, de los poderes y sabiduría del Intimo.

Después que el Intimo queda libre, la corriente solar circula alrededor de nuestro cuerpo y se la puede oír, a veces, por su sonido silbante; entonces, tenemos la sensación de una corriente rotativa, con tanta fuerza que nos da el deseo de girar con ella.

Aunque en este libro no nos ocupamos de la liberación del Intimo, hemos intentado mostrar al estudiante cómo ponerse en contacto con esa inteligencia interior, el átomo Maestro, y por medio del mismo, como agente, con el Intimo.

Cuando el estudiante pueda recibir su instrucción interna, será puesto en contacto con quienes le prestarán atención personal.

En yoga, el estudiante debiera recordar que es siempre bueno mantener silencio, una vez ha alcanzado unidad con su sistema secundario; de lo contrario será objeto de burlas de parte de aquellos que ignoran la importancia y el objeto de esta profunda ciencia, porque lo que es alimento para el yogui, no nutre a los muchos cegados por este mundo de ilusión.

Se ha de tener en cuenta que, el hombre utiliza únicamente una pequeña área de su cerebro físico, y que el Iniciado es quien ha desarrollado las áreas que son estaciones receptoras para el entero universo del hombre.

Estas extensas áreas no se ponen en actividad, hasta que hemos desarrollado nuestro Escudo de Plata; cuando éste está construído, los centros del mismo empiezan a agitar las células latentes, dentro de las áreas no utilizadas, lo cual vincula la conciencia interior del hombre con su mente objetiva. Desde entonces, el hombre empieza a ver las cosas desde un punto de vista diferente.

Una vez hemos formado este Escudo de Plata y erigido un templo para el átomo Maestro, ya no tenemos que ir, en busca de instrucción, a los centros del cuerpo físico, que nos han permitido volver a experimentar nuestras vidas pasadas, sino que somos llevados al mundo mental, donde encontramos inteligencias, llamadas átomos Eruditos, cuya función es instruirnos para regenerar nuestra naturaleza objetiva, y ayudarnos a aspirar a nuestra corriente central universal, que afluye a nuestro Escudo de Plata. Los centros polares que hemos construído, transmitirán el conocimiento de estos átomos Eruditos; pero el estudiante ha de tener en cuenta que, todo esto está dentro de su propio universo, creado por él mismo. Esta corriente central, que afluye a nuestra conciencia por conducto del Escudo de Plata, nos trae los elementos más elevados de la luna, simbolizada por el planeta Neptuno.


- La energía determinativa.

La Aurora de Juventud tiene varios ramales, que vienen a nosotros, como una corriente corre al océano; y cada ramal es la manifestación de algún atributo del Intimo. Aunque al principio no podemos registrar estas oleadas, siempre crecientes, de energía, podemos, mediante aspiración, sintonizar nuestras propias longitudes de onda. Entonces, atraemos estas oleadas a nuestro sistema secundario, atrayendo a nosotros los átomos de las mismas y adquiriendo su inteligencia.

Cada nueva Era trae otra forma de iluminación e instrucción al hombre.

Cuando decidimos hacer una cosa, ella ha sido ya realizada en nuestro sistema secundario, lo cual nos da la determinación para trabajar y realizarla en el plano objetivo.

Pero, generalmente, fracasamos, si no extraemos, consciente o inconscientemente, la energía determinativa de la naturaleza. Si aplicamos este principio, completaremos el trabajo que hemos decidido, en esta vida o en la próxima encarnación. Porque todos nosotros encarnamos para adquirir ciertas experiencias, y no podemos ser felices si fracasamos en esto.

La densidad de la atmósfera del mundo se rebela contra nosotros, si deseamos completar algo; somos atacados inmediatamente por el Enemigo Secreto y por los átomos de Oposición de la atmósfera, los cuales entorpecen nuestro trabajo, para que no podamos realizarlo. También encontramos que, en el momento que empezamos a hacer algo, una energía opuesta debilita nuestro interés (salvo que sea de la misma naturaleza del plan que hemos decidido); esta energía nos desorienta en nuestro trabajo. Los literatos y los artistas tropiezan con esto, más que la clase científica. En comparación con las energías, que tratan con cosas objetivas, tales como metal o madera, éstas son remolinos de energía atómica.

De la misma manera que hay ciertos centros de instrucción, dentro de nuestro sistema secundario, tenemos también centros que registran los movimientos de la Naturaleza. Cuando aprendemos a armonizarnos con éstos, obtenemos información. De esta manera es cómo empezamos a levantar los velos de la Naturaleza y aprendemos lo relativo a las fuerzas de la misma en nosotros. Esto nos da poder para ascender a sus esferas y comunicarnos con su inteligencia, y sentimos, interiormente, la actuación de su voluntad.

Hemos hablado de la voluntad de la Naturaleza; ésta es la que precede al pensamiento de nuestros centros universales de conciencia. Antes de que el pensamiento se manifieste en sonido y color, va precedido de algo; porque la conciencia que mora en el interior determina nuestro pensamiento. Cuando vamos adentro, encontramos este principio determinativo, actuando en nuestros diferentes sistemas y, siempre, precediéndolos. De modo que, hay dos cosas que construyen, lo mismo que destruyen, el pensamiento, a saber: La conciencia que mora dentro (el Genio de Perfección, cuya energía precede a todo pensamiento), y la energía objetiva y destructiva de oposición, en la atmósfera de este mundo.

En lo más profundo de nuestra conciencia, encontramos corrientes de energía, que salen de nuestro Intimo; éstas son oleadas atómicas de sonido y de color, y la luz que ellas crean, cuando se las mira desde el plano objetivo, es como la luz del sol, iluminando una avenida obscura por la que estamos caminando.

Estas corrientes, que preceden al pensamiento, dinamizan al Escudo de Plata, el cual trata, entonces, de enfocar hacia él nuestros pensamientos del mundo objetivo. El Escudo de Plata atraerá así átomos y formas, que recogen nuestros pensamientos en el mismo. Esto significa que, el Intimo envía su energía al Escudo de Plata y lo dinamiza. Este, a su vez, dirige esta energía al átomo Maestro, y éste trata de unirnos a su inteligencia, enviando, ante nuestro pensamiento, una oleada con que nos vinculará con él.

Sin que nuestra personalidad lo sepa, el Intimo trata de volver nuestros pensamientos a la fuente propia del mismo.

La determinación es una fuerza positiva, que actúa en la mente de uno. El ocultista aprenderá a decidir una cosa y llevarla a cabo. Este es un proceso por el cual uno completa, internamente, una cosa y, luego, decide materializarla.

Todos nosotros poseemos fuerzas ocultas no desarrolladas, y esta facultad determinativa es una de ellas. En el sistema secundario, hay átomos que evocan los poderes latentes en nuestro sistema central; y éstos se reúnen alrededor de un plan, al que se da poder para vencer todos los obstáculos. El plan, que se ha de completar, se ha de mantener fuera de los planos objetivos, hasta tanto que, esos átomos, que evocan esta energía determinativa, nos informen de que ha llegado la hora del nacimiento.

Algunas veces, recibimos la impresión de hacer una cosa, sin consideración a todo lo demás, que nos ocupa en el momento. No siempre percibimos la fuente de donde viene tal impresión; pero cuando penetramos en nuestro sistema secundario, podemos ser instruídos por los átomos que trabajan de acuerdo con el plan de la Naturaleza. De estos átomos derivamos la energía determinativa del plan de la Naturaleza, que se mantiene en reserva en este mundo; en esto, empleamos lo que los cientistas llaman Voluntad, utilizada en la tierra para objetivos personales, sin tener en cuenta los deseos de nuestro Intimo.

La autodeterminación permitirá al estudiante dar plena acción a sus poderes; de esta manera, crecerá y florecerá como el árbol en la primavera, con tal que atraiga la energía de la misma. Esta es una fuerza potente, a la vez que sutil, y la poseen todos; aunque pocos la atraen, con frecuencia; proviene de la Naturaleza elemental, y nada tiene que ver con la voluntad individual. De paso, diremos que los Iniciados rara vez la llaman Voluntad en sus enseñanzas.

Ellos dicen: Que lo haga la Naturaleza.

Cuando aspiramos, forjamos vínculos que atraen este principio determinativo a nosotros; sin embargo, no nos damos cuenta de ello, hasta que practicamos yoga. Este poder mantiene a la Naturaleza firme en su plan.

Cuando nos sentimos inspirados y se nos da fuerza adicional, ésta es la fuerza de lo que llamamos Super-Alma de la Naturaleza. El mago blanco, que es discípulo de la Naturaleza, utiliza ésta al registrar los diferentes estados de densidad en la atmósfera del mundo mental.

El hombre registra cuanto percibe, por medio de los órganos de los sentidos; si se cambia la atmósfera y se desvanece el mundo material, se abre otra forma de contacto para nuestros sentidos. La fuerza sutil de la Naturaleza puede alterar la mente de una persona a la cual se la dirige. Ciertos grandes yoguis utilizan este poder, cuando desean producir fenómenos objetivos. Esto no es ilusión, sino la actuación de la mente en una longitud de onda diferente.

Cuando podamos atraer esta energía más sutil a nuestra atmósfera, nos dará poder de dirección; o sea, el poder que lleva una cosa a su conclusión.

De esta manera, el estudiante consigue el poder de que la voluntad de la Naturaleza actúe paralela con su voluntad personal, y posee la conciencia de una cosa completa, antes de que se manifieste en el plano objetivo.

Este principio será una de las nuevas fuerzas que se utilizarán en la generación venidera.

De la misma manera que tenemos latentes, en el cuerpo, órganos que son sanos, pero no utilizados, hay también muchas divisiones no utilizadas, en nuestra esfera mental. Cuando utilizamos esta fuerza sutil, que va delante de un pensamiento, empezamos a revestir nuestras ideas, y proveemos un instrumento, mediante el cual la Naturaleza puede darnos sus siete atributos elementales. Cuando estos atributos se hacen activos en nuestra atmósfera mental, poseemos un instrumento que revestirá nuestros pensamientos de sonido, color y energía, y nos devolverá nuestras posesiones perdidas, en la mente de la Naturaleza.

Con estos atributos, una mente positiva ya no necesita enviar a la atmósfera pensamientos, que oscilan como juncos rotos ante los vientos opuestos de este mundo de ilusión; sino que envía pensamientos de un carácter, desconocido para nosotros hasta entonces, pensamientos que pueden reunir sus perdidas energías. Antes de esto dirigimos nuestros pensamientos con nuestra voluntad personal, el instrumento utilizado antes para proyectar nuestras ideas en este mundo objetivo.

Empleamos la voluntad personal sin comprenderla. Ella es un poder para dominarnos a nosotros mismos y a las cosas. Esta voluntad posee inteligencia, y es una fuerza motriz del mundo objetivo, similar al vapor que actúa una máquina; pero somos inconscientes de ella cuando penetramos en nuestros reinos secundarios.

Cuando buscamos unión con nuestro Intimo, retornamos a la Naturaleza; pero ciertas entidades elementales, físicas y astrales sumergidas (el mundo de nuestro Enemigo Secreto), no pueden ascender a las esferas internas del ser, pues no se les da este poder de la Naturaleza, hasta que renuncian a su voluntad personal. Por esto es que muchas personas al morir quedan ligadas a la tierra.

En resumen, esto quiere decir que, de la misma manera que hemos preparado, por medio de Yoga, a nuestro cuerpo físico para recibir vibraciones más sutiles de la Naturaleza, de la misma manera hemos de desarrollar nuestra esfera mental, o sea, la caja armónica de la Naturaleza en nosotros, a fin de registrar sus movimientos más sutiles en pensamiento, y revestir nuestras ideas con su esencia. Esta es la razón para la construcción de nuestro Escudo de Plata.

Nuestro átomo Maestro representa, no sólo la sabia inteligencia de miríadas de vidas en nosotros, sino también a las vidas con que nos revestimos con filamentos de la Naturaleza, con lo cual nuestros pensamientos poseen una doble cualidad. De esta manera, la Naturaleza fortalece nuestros pensamientos, de modo que penetren a través de toda oposición. Este es uno de los poderes que, hasta ahora, el yogui mantiene en secreto.

La gente, con frecuencia, se maravilla de que se recomiende al ocultista de todas las edades, que renuncie a todo. Esto se ha comprendido mal. A lo que ellos renuncian es a la voluntad personal.

A muchos ocultistas se les recomienda que conserven su energía creadora; que dominen su naturaleza sexual inferior. Los átomos siempre encuentran su propio nivel. Es el vapor, que se levanta de la superficie de nuestro flúido seminal, lo que nos da esta energía determinativa en la Naturaleza. La demanda de poder personal no pondrá en acción estas fuerzas superiores; pero podemos evocar una fuerza que nos liga a nuestra naturaleza animal inferior, y ésta es la que da al mago negro su poder.

A medida que se hace más pronunciada la manifestación de la Aurora de Juventud, debiéramos tratar de convertirnos en instrumento de la misma. La Naturaleza implantará en nosotros sus ideales y su instrucción, y entonces ya no tendremos en cuenta la opinión personal del mundo. La vieja herencia de ilusión debe ceder su lugar a esta fuerza de la energía jerárquica cósmica, y la humanidad será regida por este progenitor de nuestra creación, y no por la experiencia o la inteligencia de este mundo. Como el hombre no es más que un fragmento de la Realidad, ha de tratar de recuperar su propia herencia perdida, aspirando a alcanzar la conciencia de cuando respondía a esta energía determinativa de la Realidad, o sea, de Dios.

Cuanto más desarrolle el yogui su instrumento, mejor podrá registrar los poderes atómicos de la Naturaleza, pero antes de que pueda hacer esto, ha de aspirar y buscar los períodos de instrucción de su sistema secundario, y ha de fertilizar su cerebro con átomos de aspiración e inteligencia de la Naturaleza. Así, el Conócete a ti mismo, escrito en el portal del templo de Delfos, significa conocer al Intimo. Porque éste posee toda la sabiduría acumulada, resultante de todas las experiencias del hombre desde que entró en la materia.

Este es el único sistema de yoga, adecuado para cuerpos occidentales, que nos unirá a nuestro poder supremo y a la Aurora de Juventud.

El significado más profundo de la emancipación es trabajar, bajo el manto protector del Intimo; libertarnos de las fuerzas de este mundo anormal; trabajar de acuerdo con nuestra propia experiencia; obtener la actividad del Intimo y dar a otros lo que poseemos y redimirlos.

Cuando ascendemos a los estados más sutiles de la materia, quedamos organizados de nuevo en la energía determinativa de la Naturaleza. Como somos prisioneros en un mundo de ilusión, y sujetos a los átomos del Enemigo Secreto, tenemos que ser llamados a la conciencia de la Naturaleza, y se nos ha de dar la verdadera herencia, a la cual nuestra voluntad personal ha de quedar subordinada. Esta emancipación del mundo mental se hace permanente.

El estudiante no debe olvidar que, esta energía trabaja también por el bienestar de su sistema físico e, instintivamente, le inspira sobre lo que debiera comer y cómo debería expresarse.

Entonces, descubrirá que los deseos de su cuerpo se relacionan con valores de alimento elemental, no con los valores del alimento físico, que acostumbra a comer.

Los valores alimenticios elementales son los que nutren nuestro conducto intestinal, al que suministran las estructuras atómicas deseadas, las cuales, de pronto, darán energía a esta parte del cuerpo. Muchas clases de alimento no hacen más que recargar nuestros intestinos con una multitud de átomos, que perturban la organización de los mismos; por eso, no debiéramos tomar otro alimento más que el que actúa sobre este conducto, porque el estómago es nada más que un simple depósito, que retiene, prepara y bate nuestro alimento, para darle diferentes densidades. Como el intestino nos proporciona nuestra energía ingénita, hemos de tener en cuenta este sistema y darle la fuerza intestinal necesaria, que le hemos negado hasta que hemos estudiado yoga.

Si el sistema está obstruído por desperdicios, es difícil tratarlo, porque la constipación hace que los átomos de tal desperdicio (pues son de naturaleza mortal) traten de volver al canal seminal, y de evaporar su atmósfera en una nube de depresión. La mente, impregnada de tal disposición de ánimo y de ansiedad, no es el tipo elegido por el yogui para pupilo. Los pieles rojas, lo mismo que el yogui oriental, saben qué es lo que causa esta depresión y tienen un remedio sencillo; pero este método es casi desconocido, para el llamado Occidente civilizado.

Es ley invariable que la constipación cause depresión.

La parte inferior del torso del estudiante debiera mantenerse elástica; porque, cuando se encuentra a un instructor, ha de excitar su energía solar (la Serpiente dormida) por medio de ejercicios físicos, así como también con la práctica de yoga. Para esto, debe poner sus manos contra sus costillas inferiores, y hacer girar el cuerpo de derecha a izquierda. Esto mantendrá, también, el estómago y los intestinos en condiciones adecuadas; debiéramos recordar, como hemos dicho anteriormente, que para mantener el cuerpo sano debiéramos beber la mayor cantidad posible de agua. Con frecuencia, el cuerpo siente sed; pues no siempre puede expulsar todas sus impurezas. Debiéramos beber agua pura entre comidas, y tener una jarra llena donde podamos verla. Siempre que se practique ejercicios, se ha de considerar que la fuerza nos viene del abdomen.

Además de ser esto necesario para el hombre normal, lo es mucho más para el estudiante; por cuanto éste ha de estar alerta y sensible, para responder a cualquier corriente que la Naturaleza libere repentinamente. Que combata y domine al mal de la constipación, y será capaz de dominar y regir su naturaleza sexual inferior.

En el conducto seminal existe un centro de inteligencia atómica de la misma naturaleza del Escudo de Plata; los átomos del mismo se agrupan alrededor de sus propios asientos de conciencia. Estos centros nos inculcan veneración hacia todos los esfuerzos creadores. Esto quiere decir que, si somos tan morales como ellos, recibiremos instrucción con respecto a nuestro bienestar moral. Los judíos tienen esto, fuertemente, grabado en su raza; porque ellos veneran el valor de cosas morales, tales como los libros sagrados, las tradiciones, etc. De la misma manera, un poeta chino se inclinará reverente ante un gran libro, antes de leerlo.

Esta clase de veneración, que estos átomos poseen, si los tenemos en abundancia, harán que reverenciemos las cosas santas; si una persona no tiene esos átomos, no la reverenciamos.

Así, el hombre santo es reconocido en Oriente, cuando posee esta cualidad, porque evoca en otros su espíritu de reverencia. Si nuestros padres no poseen tales átomos, no los reverenciamos, aunque los amemos. Es una cualidad inconsciente, que el estudiante siente, sin darse cuenta de su significado; pero más tarde, en virtud de su asociación con tales átomos, en su conducto seminal, se dará cuenta del por qué reverencia a las cosas santas.

La gente, que no reverencia a otros, no posee Modales de Distinción, ni modos de ser dignos de notar. Estos se lanzan por donde los ángeles temen marchar, y les falta cortesía o discreción. La reverencia hacia quienes poseen estos átomos, es muy común en China; quienes los poseen dejan tras sí una cadena que los liga a sus descendientes, que nunca se corta.

Esto es otro aspecto del culto a los antepasados desconocido en Occidente.

Hasta tanto que el estudiante posea esta cualidad, no puede reverenciar a la Naturaleza, apreciar sus bellezas y penetrar en la conciencia de la misma, como si entrara en un lugar santo.

Una vez que este espíritu de reverencia ha nacido en nuestra conciencia, tratamos con naturalidad y cortesía a todos aquellos con quienes estamos en armonía. Si no estamos en armonía con la atmósfera de una persona, es porque, inconscientemente, no reverenciamos la comprensión y la longitud de onda de tal persona. Algunas veces, cuando nos encontramos con una persona de otra raza, no sentimos reverencia hacia ella, en razón de que no armonizamos con su individualidad racial y, con frecuencia, nos sentimos inconscientemente molestos, cuando nuestra propia longitud de onda es perturbada y tales vibraciones, por ser extrañas, nos sacuden. Si empezamos a analizar esta desarmonía, con frecuencia, descubriremos cosas, que nos resultarán importantes; por cuanto no armonizamos con razas en cuya atmósfera hemos estado, en el pasado, sujetos a persecución; pero nos hemos de dar cuenta, también, que nosotros mismos, en una época mucho más lejana, les hemos causado sufrimiento y dolor a ellos. Este es el método de ajuste empleado por la Naturaleza.

Si profundizamos en este misterio, trataremos de armonizarnos de nuevo y de ser justos.

Cuando sintamos este antagonismo hacia un miembro de una raza diferente, hemos de analizar su atmósfera, y descubriremos que la presión viene, no del aspecto personal, sino de su ambiente mental; de entidades elementales y pegadas a la tierra que tratarán siempre de comunicarse con una persona sensitiva.

Extracto de DIOSES ATOMICOS (LA AURORA DE LA JUVENTUD)

Pag. Anterior: Varios/Otros - Enseñanzas de yoga.
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